Seis seguidillas. Lírica de tradición oral en la Zambomba de Jerez
Con objeto de volver a reiterar el valor de la música popular en Jerez, y su importancia literaria, publicamos seis seguidillas que tienen en común el hecho de ser cantadas en la Zambomba.
Aunque T. Navarro Tomás apunta que su origen se remonta a las jarchas hispanohebreas de los siglos XI y XII, la seguidilla (en su forma más simple: copla de cuatro versos: primero y tercero, heptasílabos sueltos; segundo y cuarto, pentasílabos asonantes) alcanza su esplendor en los siglos de Oro de nuestra literatura. Así Miguel de Cervantes en La gitanilla dice: “Salió la tal Preciosa, la más única bailaora que se hallaba en todo el gitanismo… rica de villancicos, de coplas, seguidillas y zarabandas”.
Como dice Pedro Piñero la seguidilla es, sin duda, la estrofa más importante de la tradición oral moderna. Enrique Soria señala que en los siglos XVI y XVII se las denominaban coplas de la seguida “por el tañido a que se cantan, que es consecutivo y corriente”, y “fueron, por su letra, las tonadillas que se usaban para ciertos bailes apicarados y burlescos”. El asentamiento de la seguidilla es general en toda España a partir de su origen manchego. Es uno de los cantes españoles matrices. De hecho, según Hernández Ureña, la seguidilla sirve de letra en Andalucía para innumerables bailes: oles, polos, boleros, tiranas, rondeñas, malagueñas. De hecho la sevillana no es más que la seguidilla de Sevilla.
En Jerez se conserva aún ese patrimonio cultural -literario y musical- vinculado a la seguidilla como forma de expresión lírica. De una parte la seguidilla común (que aún se siguen cantando en nuestra ciudad los días anteriores a la Navidad en la Zambomba), de otra la seguidilla flamenca o gitana (seguiriya, cuyo origen sigue siendo impreciso y que no parece de la misma familia).
Las seguidillas proceden de un trabajo de campo del alumnado de bachillerato del Instituto Asta Regia durante el curso 1996/1997. Todas ellas se cantaban y se cantan en la Zambomba. En esta edición, se les ha despojado de los estribillos.
Seguidilla 1
Ya está el pájaro, madre,
puesto en la esquina,
esperando que pase
la golondrina.
Pues si soy golondrina
tú eres la rueca,
que todos los domingos
te pones hueca.
Pues si me pongo hueca,
puedo ponerme,
que el galán que me ronda
pesetas tiene.
Pues si tiene pesetas
que las enseñe,
y te compre un vestido
de seda verde.
Y después que lo compre
métele fuego,
y verás como arde
vestido nuevo.
Informante: C. V. F., de 48 años. Nacida en Jerez. No sabe leer ni escribir. El poema lo aprendió de su madre. Lo cantaba “cuando hacía faenas de la casa” y “en la zambomba”, recogida en 1997.
Seguidilla 2
Si el río de Cartuja
fuera de vino,
¡cuántos borrachos hubiera
por el camino!
Por el mismo camino
van doce frailes,
todos llevan alforjas
a cual más grande.
Por el mismo camino
va una gallina,
con el huevo en el culo
la muy cochina.
Informante: J. M., de 61 años. Nacida en Jerez. No sabe leer ni escribir. El poema lo aprendió de sus amigos. Lo canta “en la zambomba” y en las “reuniones con sus amigas”. Recogida en 1996.
Seguidilla 3
Más pa’llá del infierno
cincuenta leguas,
tengo alquilado un cuarto
para mi suegra.
La pícara mi suegra
me dio unos cuadros,
cada vez que reñimos
los descolgamos.
La pícara mi suegra
me dio unas medias,
cada vez que reñimos
me quedo en piernas.
La pícara mi suegra
me dio unos peines,
cada vez que reñimos
les parto un diente.
Informante: F. R. S., de 52 años. Nacida en Jerez. Terminó la Educación Primaria. El poema lo aprendió “de su madre y de sus vecinas cuando era chica, ya que vivía en un patio de vecinos”. Lo cantaba “sobre todo en Navidad, aunque normalmente lo cantaba siempre, menos en el mes de todos los santos, porque no la dejaban”. Recogida en 1996
Seguidilla 4
Madre, mi carbonero
no vino anoche,
y lo estuve esperando
hasta las doce.
Madre, mi carbonero
tiene un perrito,
lleno de cascabeles
hasta el hopito.
Madre, mi carbonero
tiene una huerta,
llena de coliflores
hasta la puerta.
Madre, mi carbonero
cuando se lava,
se le ven los lunares
y las pestañas.
Informante: F. G. P., de 42 años. La canta en la zambomba. Recogida en 1996
Seguidilla 5
El maestro barbero
como es tan chico
pa subirme en la cama
quiere un borrico.
Informante: A. F. G., de 82 años. Nacida en La Barca de la Florida y residente en Jerez. No sabe leer ni escribir. El poema lo aprendió en La Barca, “de los pliegos de los ciegos. Lo cantaba “en las faenas de la casa” y “en la zambomba”. Recogida en 1997.
Seguidilla 6
Anda y pisa tu calle
y échale arena,
y verás las pisadas
de tu morena.
Informante: A. B. L., de 81 años. Nacida en Jerez. Terminó la Educación Primaria. El poema lo aprendió de su madre y de su abuela. Lo canta “en la zambomba”. Recogida en 1997.