Impresiones: Nubes sobre Bangkok
Nubes sobre Bangkok es un juego de tres impresiones diferentes asociadas a una misma ciudad, Bangkok. cada vez que he estado en esta ciudad he tenido una forma de concebirla diferente.
Prenociones
Es imposible viajar sin unas prenociones concebidas de cómo es el lugar al que iremos. Muy seguido imagino cómo deben ser lugares que no he estado, y a veces incluso habiendo ido la prenoción persiste por encima de la realidad –como mi recuerdo de alguna ciudad de Colombia es una mezcla de la impresiones estéticas que había creado antes de ir y de lo que percibí una vez estando allí.
Antes que nada, desde España no se perciben muchas diferencias entre los países del sudeste asiático, parece no haber identidades complejas que muestren la riqueza de esos territorios. Lo más conocido es la gastronomía gracias a aquéllos restaurantes-nación que promocionan con mejor o peor suerte, unida a “picante” aquél hijo del diablo ´para una gran parte de españoles, además de lo feos que son los “cayos malayos”. Evidentemente esto es un conocimiento estereotipado desde España, hay más de cuarenta millones de almas vivientes en el territorio español y cada uno tiene una concepción diferente, así que ahora hablaré de lo que pienso de Bangkok.
Bangkok es la capital de Tailandia, una enorme ciudad que aglutina siete de cada ocho habitantes de Tailandia, así que debe haber todo lo que uno pueda imaginar. Mis intereses se enmarcan en cuatro ramas distintas: comida, gente, budismo y estética.
Comida: la identidad social aplicada en la comida es una de mis pasiones, en esta ciudad voy a probar sabores aún desconocidos para mi paladar. Hasta ahora mi aproximación a la gastronomía ha estado regida por restaurantes tailandeses en España y básicamente se limitaban a vender curry verde, rojo, pad thai, tom yum goong, y rara es la vez que aparece un tom kha. Mi afán de conocimiento supera las capacidades de un restaurante, así que gracias a la interweb encontré una entrada en el blog de Mark Wiens, un tipo dedicado a comentar sus impresiones sobre la comida al 100%. Para mi sorpresa había una infinita variedad de platillos que me quebró mi idea de “gastronomía tailandesa”
Gente: es dicho que Tailandia es el país de las sonrisas, pero creo que no es normal la risa continua, puede ser un gesto socialmente establecido que reprima verdaderos sentimientos, bueno, es sólo una hipótesis, ya veremos. En Bangkok reside una parte importante del país. Obviamente esta cantidad de personas se sustenta por migrantes chinos, indios..
Estética: el clima tropical genera paisajes impresionantes por Tailandia, no sólo por la flora también el paisaje urbano parece prometedor. Como investigador visual trataré de indagar en los espacios urbanos, pese a la industrialización y el consumismo de la capital.
Budismo: la religión mayoritaria es el budismo Theravada, practicado por más del 90% de la población.
Hay muchas maneras de pensar una ciudad, escribir sobre ellas también posteriza la imagen y, por supuesto, también el recuerdo.
Primeras impresiones
Llegué a Bangkok un 27 de septiembre, cada puesto callejero que encontraba vendía una cosa distinta y única, cada esquina desprendía unos olores muy apetecibles, recibí las impresiones de que era más pobre de lo que imaginaba mientras paseaba por las interminables calles de Bangkok. El idioma era el principal hándicap en mi contra. Todo lo que conocía de Tailandia se desvaneció como si fueran hipótesis descartadas por el choque con la realidad, lo único que acerté fue en el clima tropical. Estas eran algunas de mis suposiciones: me entenderé en inglés, estará lloviendo todo el día, no te fíes de la gente de la calle, huye de la policía, se come fantástico en cada esquina y to barato… pero la mayoría de locales de comida no tienen nada escrito que no sea en thai, y es cuestión de signos entenderse para comer algo. Al llegar quise comer en un lugar donde había gente comiendo, tratando de hacerme entender en inglés pero no hubo manera ni con gestos, así que seguí camino y mi primera comida la acabé haciendo en khaosan y fue un padthai a 40bahts (que fue el primer cartel que encontré en inglés). A partir de entonces me empecé a mover por la zona real, turisteando en el centro de Bangkok, asombrándome de los palacios y de los primeros templos budistas.
Bangkok huele a comida china, venden platos preparados con olores fuertes, buñuelos fritos, pinchitos de albóndigas de carne de distintos tipos, carnes a la brasa, marmitas cociendo miles de estofados. Los templos chinos, los carteles en chino y los olores a chinos me hacían dudar si había tomado el avión correcto.
Segundas impresiones
Tailandia no es tan pobre como pensaba, la gastronomía es bien rica y variada, básicamente hay dos tipos de platos, los consagrados en recetarios y los que se basan en los ingredientes de turno, sopa de la casa con fideos a elegir. Los thais no hablan mucho inglés, no sonríen si quiera como pensaba que harían, no hacen esfuerzo alguno por comunicarse, parecen estar hartos de ver turistas por todos lados. Dejo Tailandia. Ha habido una frontera comunicativa muy fuerte, pero no todo es un muro infranqueable. Ha habido gente que me ha brindado un poco de su realidad, pero nunca he tenido una clara idea de lo que piensa, o no tan clara como algún inmigrante que sí me contó su percepción de su realidad.
Existen los templos turísticos y los “templarks”, que son, templos utilizados para aparcamiento de coches. Sobre los monjes pues es complicado de entender porque aquí tradicionalmente los varones pasan por unos 2 o 3 meses de monje. Y el porqué lo hace cada uno tiene sus motivos (y son dispares) así como cada uno entiende la renuncia de una forma diferente. Y sobre la aversión al enfado en general los thais no manifiestan sus sentimientos como no se tenga muchísima confianza y en privado siempre. Dicen que es el país de las sonrisas pero esos modales confucianistas siempre me han parecido una barrera tanto hacia la forma de comunicarse como a la creatividad misma (ya que entre otras cosas los thais quieren ser todos iguales, está mal visto pensar diferente).
Terceras impresiones
Tailandia es futurista, sus trenes aéreos, sus rascacielos ultramodernos, sus centros comerciales por todas partes. Bangkok es consumista de productos banales. Los libros en Tailandia son cosa del pasado, sólo se lo permiten los ricos, la literatura de hoy es el “feed” de Facebook. fijándome en el uso del teléfono móvil por la calle constaté que el 99% de los casos avistados de personas que estaban sentadas en bancos o parques estaban con el móvil en la mano, incluso cocinando en bares hay gente que echa el rato con el móvil mientras sofríe el arroz con la otra mano. La era digital ha impregnado totalmente Bangkok.
Los platos tailandeses no son tan extensos, sigue habiendo dos tipos de comida, pero ambos están basados en un recetario que se repite por todo el lugar, por un lado en cada esquina está la sopa de fideos con bolas de carne picada de dudosa procedencia. Y por otro lado los platos más interesantes, basados en el galangal, el lemongrass, el basilisco y la leche de coco junto a un tipo de masala que varía según el plato. Platos como Tom Yum Goong, el tom kha o incluso el curry verde tailandés tienen sabores similares para algunos neófitos en la gastronomía tailandesa (uno empieza a mezclar los sabores cuando se toman varios platos en una misma comida) dejo aquí mis impresiones sobre la gastronomía tailandesa.
La religión no es tan importante como pensaba. Ya no sólo por usar templos como parkings, sino en general viniendo de Myanmar donde el budismo se vive a flor de piel la diferencia es notoria. En Tailandia la iconografía budista está concentrada en un pequeño habitáculo con una imagen central al fondo cual retablo cristiano. Los devotos se acercan y el máximo de los rituales es agacharse tres veces con las palmas de las manos pegadas. La iconografía budista me parece un tanto austera comparada a la de Myanmar llena de luces y esculturas.
Coda. Citas del viaje
“Viajar es una brutalidad. Te obliga a confiar en extraños y a perder de vista todo lo que te resulta familiar y confortable de tus amigos y tu casa. Estás todo el tiempo en desequilibrio. Nada es tuyo excepto lo más esencial: el aire, las horas de descanso, los sueños, el mar, el cielo; todas aquellas cosas que tienden hacia lo eterno o hacia lo que imaginamos como tal” – Cesare Pavese
“Los turistas no saben dónde han estado, los viajeros no saben hacia dónde están yendo”. – Paul Theroux
“No todos los que deambulan están perdidos” – J. R. R. Tolkien
“No vayas a creer lo que te cuentan del mundo, ni siquiera esto que te estoy contando, ya te dije que el mundo es incontable” Mario Benedetti
«La vida no vivida es una enfermedad de la que se puede morir» C. J. Jung
Recomiendo la lectura de este libro para una aproximación profunda de la ciudad de Bangkok, presenta impresiones y análisis desde un enfoque multi-sensorial.