La mujer en las canciones tradicionales catalanas y baleares: trato, rol y valores.
Se presentan aquí 3 canciones tradicionales cantadas en territorios de habla catalana o balear en las que las protagonistas son niñas o mujeres: ‘les nenes maques al dematí‘ canción que da un consejo de higiene, ‘el testament d’Amélia‘ que presenta el tratamiento de la mujer según la edad, ‘a la plaça ballen coques‘ una impactante advertencia de comportamiento.
Ellas en las canciones tradicionales
Podemos observar una menor presencia de personajes femeninos en canciones, cuentos o leyendas tradicionales, dejando para las niñas y mujeres muy pocas referencias a las que identificarse. Desde la edad media el modelo que se presenta es de mujer casta y sumisa (representando a la virgen y asociada a la bondad, delicadeza y vulnerabilidad), que una vez alcanza el objetivo de ser madre, resulta del todo secundaria en las historias.
Mientras a ellos se les atribuyen valores como la astucia, el coraje, el poder o la seducción, a ellas se les reserva un único valor: la belleza. De ellas se espera el cuidado y la dedicación a los demás. Existe además, una clara discriminación por edad al referirse a la ‘bruja’ como una mujer anciana, siendo substituida la belleza y juventud por la maldad.
Si nos fijamos en el tratamiento de los nombres vemos cómo son utilizados para diferenciar el estatus social de las protagonistas: nombres genéricos y populares para las mujeres humildes (Maria, Caterina) y nombres compuestos o más complejos para las hijas o esposas de hombres poderosos (Margarida, Anna Maria, Amèlia).
Aunque estas canciones no se suelen escuchar en los patios de los colegios actualmente, sinó que son material de corales y de aficionados a músicas tradicionales y antiguas, sí lo hicieron hasta entrados los setenta, momento en qué se buscaban cambios sociales, democratización y una educación laica, de esta forma la conexión con estas canciones fue desapareciendo y poco a poco dejaron de ser cantadas y bailadas.
Les nenes maques al dematí
La primera referencia de esta canción se encuentra en «Ethologia de Blanes», un volumen sobre el folklore de esta población escrito en 1886 por Josep Cortils i Vieta. Detrás de esta letra infantil hay un mensaje destinado a instruir a las mujeres en su higiene íntima.
Les nenes maques al dematí
s’alcen i reguen, s’alcen i reguen
les nenes maques al dematí
s’alcen i reguen el seu jardí.
Jo també rego el meu hortet
faves i pèsols, faves i pèsols
jo també rego el meu hortet
faves i pèsols i julivert.
Julivert meu, com t’has quedat
sense cap fulla, sense cap fulla
julivert meu, com t’has quedat
sense cap fulla i el cap pelat.
Las niñas bonitas por la mañana
se levantan y riegan, se levantan y riegan
las niñas bonitas por la mañana
se levantan y riegan su jardín.
Yo también riego mi huertito
habas y guisantes
yo también riego mi huertito
habas y guisantes y perejil.
Perejil mio como te has quedado
sin ninguna hoja
perejil mío como te has quedado
sin ninguna hoja y la cabeza pelada.
El testament d’Amèlia
Existen varias versiones de esta canción tradicional catalana muy extendida por Francia y de las más antiguas conservadas (primera referencia escrita XIV).
Si n’eren mare i filla, n’han renyit fortament
la filla en cau malalta, mala de sentiment.
Els condes la van a veure, condes i altra gent
també n’hi va sa mare, no hi ha més remei.
-Ai, filla, la meva filla, de quin mal vos doleu?
-Ai, mare, la meva mare, penso que bé ho sabeu.
Metzines me n’heu dades, que en cremen el cor meu.
-Ai, filla, la meva filla, tens de fer testament.
-Ai, mare, la meva mare, la meva part ja la tinc feta.
Set castells tinc a dins França, tots set són poders meus
tres els deixo als pobres, quatre a un germà meu
els vestits i les joies, a la mare de Déu
-Ai, filla, la meva filla, per a mi què em deixeu?
-Ai, mare, la meva mare, us deixo l’espòs meu
perquè el tingueu en cambra, com fa molt temps que feu
i us deixo las xinel.les, les xinel.les dels peus
perquè en baixar l’escala, el coll us hi tranqueu.
Eran madre e hija, han reñido fuerte
la hija cae enferma, enferma de sentimiento.
Los condes van a verla, condes y otra gente
también va su madre, no hay más remedio.
¡Ay hija, hija mía! ¿de qué mal te quejas?
¡Ay madre, madre mía!, pienso que bien lo sabéis.
Veneno me habéis dado, que quema mi corazón.
¡Ay hija, hija mía!, tienes que hacer testamento.
¡Ay madre, madre mía!, mi parte ya la tengo hecha.
Siete castillos tengo a Francia, todos siete en mi poder
tres los dejo a los pobres, cuatro a un hermano mío
los vestidos y las joyas, a la madre de dios
¡Ay hija!, mi hija ¿a mi qué me dejáis?
¡Ay madre!, mi madre, os dejo mi esposo
para tenerlo en la alcoba como hace tiempo hacéis
y os dejo las chinelas, las chinelas de los pies
para que al bajar la escalera, el cuello os rompáis.
Al final la desvalida y ya muy enferma Amélia, al menos se nos muestra un poco astuta y con cierto ánimo de venganza.
A la plaça ballen coques (A la plaça fan ballades)
Las primeras referencias aparecen a finales del siglo XIX, cantada y bailada en todo el territorio de habla catalana, también como un ‘ball rodó’ infantil que se cantaba en el recreo. Una canción que sorprende y perturba por el contraste entre una alegre melodía y la crueldad narrada en la letra.
A la plaça ballen coques, ai, mare, deixeu-m’hi anar.
-No hi vagis, Caterineta, que el teu pare arribarà
-Que arribi l’hora que vulgui, jo a la plaça hi vull anar.
Al cap de mitja horeta, el seu pare en va arribar.
-A ont és la Caterineta, que no hi sigui per sopar?
-A la plaça ballen coques, ella n’ha volgut anar.
El seu pare gafa les cordes i un garrot a cada mà.
La primera garrotada, un braç li va fer saltar;
la segona garrotada, mig morta la’n va deixar,
la tercera garrotada, ben morta la’n va deixar.
Ai, mares que teniu filles, no les deixeu festejar,
que la pobra Caterineta l’amor li n’hi ha ben costat.
En la plaza bailan coques, madre dejad que vaya
No vayas Caterineta, que tu padre llegará
Que llegue cuando quiera que yo a la plaza quiero ir
Al cabo de media hora, su padre regresó
¿Dónde está Caterineta, que no esté para cenar?
A la plaza bailan coques y ella ha querido ir
Su padre coge las cuerdas y un garrote a cada mano
Al primer varapalo, un brazo le rompió
Al segundo varapalo, medio muerta la dejó
Al tercero varapalo, muerta la dejó
¡Ay madres que tenéis hijas!, no las dejéis festejar
que la pobre Caterineta, el amor le ha bien costado.
El último párrafo se ocupa de dejarnos bien claro que la responsabilidad de tan trágica escena final es de la madre por no controlar a la hija y de la hija por desobedecer. En algunas versiones el padre se suicida.
Conclusiones
Las canciones tradicionales, como si de piezas arqueológicas se trataran, tienen la capacidad de transportarnos a tiempos lejanos. Pero a pesar del halo de romanticismo que las envuelve, cristalizadas en los momentos en que los folkloristas las recogieron, han servido para consolidar distintos modelos de acción que en el caso del trato y valor de los personajes femeninos, como podemos constatar en canciones, cuentos y leyendas, han sido en gran medida discriminatorios.
Bibliografia
OLIVERES, I. La imatge de la dona a la cançó tradicional. Anàlisi del repertori Cançons populars i tradicionals a l’escola del Departament d’Ensenyament. Revista Caramella 2006.
LLEDÓ, E. El sexisme i l’androcentrisme en la llengua: anàlisi i propostes de canvi. Barcelona: Institut de Ciències de l’Educació. Universitat de Autònoma de Barcelona, 1992.