Citar es citarse

Algunas citas actúan como mantras, dejándonos una huella perdurable a lo largo de nuestra vida. Al citar a alguien, parece que respaldamos plenamente su visión, pero en realidad, lo esencial resulta ser cómo esas palabras moldean nuestro propio pensamiento y expresión, a través de una personal interpretación de esas ideas. Las citas lo son cuando son citadas, cuando son pensadas son frases, aforismos, sentencias o apotegmas.
“Lo que das te lo das, lo que no das, te lo quitas”
(A. Jodorowsky)
¿Qué hacer con las citas que perdieron su dueño? Hay algunas que alcanzan su gloria en la tradición oral, otras, que se asignan a personajes notables, por seguir en la fatal tarea de rendir culto a la personalidad; y otras que, si bien los estudiosos han sabido poner en su lugar, nunca saldrán del abismo de la confusión.
También hay citas forzadas, citas que tuvieron que existir sólo porque queríamos introducirlas para alardear de nuestro conocimiento, por rendir homenaje a algún maestro, o porque esa persona, en el mundo de las influencias, puede abrirnos ciertas puertas en su gratitud. Pero siguen siendo forzadas, confunden y ensucian los mensajes finales.
“Si un problema tiene solución ¿Para qué preocuparse?, y si no lo tiene ¿Para qué preocuparse?”
(S.S. Dalai Lama)
Una cita puede no tener relevancia hoy, y en la relectura, resultar iluminadora. Porque ya no somos los mismos, nunca lo fuimos. Pero otras citas, siguen presentes en mí, durante años. Citas que recordamos, repensamos, reflexionamos en torno a ellas, como un tiempo que se consagra al amor y a cada una de sus pequeñas formas. Citas en la que existen complicidad y confianza. Esas son las que nos acompañan.
“Los desiertos exteriores se multiplican en el mundo porque se han extendido los desiertos interiores”
(Benedicto XVI)
No todas las citas tienen por qué tener un mensaje claro. Sus oscuridades también evocan y nos reflejan. Otras citas han de estar inacabadas, dejar a la imaginación el final. Acabarlas es reificarlas, convertirlas en un objeto estático y permanente, como hacemos constantemente con ideas, autores y obras; quizá, por un sentido de supervivencia.
“Huyo de asistir al final de mis escritos, por lo que antes de ello los termino”
(M. Fernández)
Crece mi alma con los libros y su compañía:
“No todos los que deambulan están perdidos”
(J. R. R. Tolkien)
«Las palabras son símbolos que postulan una memoria compartida»
(J. L. Borges)
«La palabra yo es en lo fundamental la mayor equivocación y la fuente de todo engaño.»
(A. Schopenhauer)
“Me contradigo, y ¿qué? Soy inmenso, contengo multitudes”
(W. Whitman)
“La vida es un palimpsesto de tiempos”
(J. Carrera)
“Los defectos de lo antiguo son las nostalgias del futuro”
“No vayas a creer lo que te cuentan del mundo, ni siquiera esto que te estoy contando, ya te dije que el mundo es incontable”
M. Benedetti)
Te invito a compartir en la sección de comentarios algunas citas que te hayan marcado.
13 de febrero de 2025 @ 17:40
na tena ariyo hoti yena pāṇāni hiṃsati
ahiṃsā sabbapāṇānaṃ ariyo ti pavuccati
13 de febrero de 2025 @ 23:02
Muy buen artículo.
La próxima vez que tenga la tentación de decir, según dice tal o cual, me lo pensaré… mantendré mi ego a buen recaudo y te citaré.
13 de febrero de 2025 @ 23:02
Gracias Rubén ! Me suscribo
13 de febrero de 2025 @ 23:39
Cuando estudiaba la carrera, tenía una colección de citas de antropólogos, sociólogos, filósofos, literatos… todas en palelitos de colores. Me has hecho recuperar el sobre donde los tenía 🙂
«La sociedad es una realidad sui géneris; tiene características propias que no se encuentran, o no se encuentran bajo la misma forma, en el resto del universo.»
Émike Durkheim
14 de febrero de 2025 @ 10:16
del mismo autor, el mantra: «Las religiones son representaciones colectivas que expresan realidades colectivas» (Durkheim, 1982: 8)
14 de febrero de 2025 @ 22:01
Otra gran frase: » Las personas reales están llenas de seres imaginarios» (Graham Greene)