Tras las huellas del Viejo Cagón
I
Cada año, al acercarse los fríos de diciembre, aún suele llamar a nuestra puerta, en la Baja Andalucía, un personaje legendario: el Viejo Cagón. Aparece como protagonista en el popular villancico que llamamos “Tin, tin, Catalina”. Creo que en la actualidad sólo persisten en ese villancico dos estrofas, cantadas a modo de estribillo recurrente, que vienen a decir:
Por entrar en la tuya posada,
por entrar en el tuyo mesón,
por gozar de tu amor, Catalina,
por gozar de tu amor, Concepción.
Tin, tin, Catalina,
tin, tin, Concepción,
a la puerta llama
el Viejo Cagón.
Muchas veces el texto actual del villancico se limita sólo a las dos estrofas anteriores. Sin embargo, en algunas ocasiones va seguido de los siguientes versos:
-Tin, tin.
-¿Quién es?
-El Viejo Cagón.
-Pase usté, pase usté, pase usté.
Estos cuatro versos representan un diálogo, aunque llevado ya a su mínima expresión. Se nota igualmente en el conjunto que faltan elementos explicativos que den más coherencia al propio relato, el cual alterna unos versos iniciales de connotaciones eróticas con la llamada (y diálogo) del Viejo Cagón. Hace ya tiempo que se puede sospechar que el presente texto es sólo el resto del naufragio de otros textos anteriores, que pudieron incluir más elementos.
II
Recientemente, he escuchado la serie de programas que bajo el título “La Zambomba” retransmitió Radio Popular de Jerez en el año 1981, como parte central de su campaña de promoción de la zambomba jerezana, cuya tradición había decaído notablemente en los veinte años anteriores. Cada programa retrasmitía una zambomba vecinal y muchas de ellas resurgieron en 1981, al calor de esta iniciativa.
En uno de los programas se retransmitió una zambomba celebrada en la calle Cruz, número 9 y 10, el día 5 de diciembre de 1981. En ella un grupo de vecinas, nacidas aproximadamente hacia 1920, cantan el villancico “Tin, tin, Catalina”, con la peculiaridad de que entre cada una de las estrofas van introduciendo fragmentos de diálogo, que en su conjunto forman un dialoguillo cómico, con el Viejo Cagón como protagonista.
El villancico puede escucharse a continuación.
Esta es la transcripción:
Por entrar en la tuya posada,
por entrar en el tuyo mesón,
por gozar de tu amor, Catalina,
por gozar de tu amor, Concepción.
Estribillo:
Tin, tin, Catalina,
tin, tin Concepción,
a la puerta llama
el Viejo Cagón.
-Tin, tin.
-¿Quién es?
-El Viejo Cagón.
-¿El Viejo Cagón?
-¿El viejo? ¿Qué quiere el viejo?
-Quiero que me deje en la puerta de la calle a dormir esta noche aunque sea, por dentro, porque es que hace mucho frío.
-Po que te quea […], por la gloria de mi mare.
(Estribillo)
-Otra vez el viejo.
-¿Qué quiere el viejo?
-Que mire usted, que en la puerta hace mucho frío, que me deje usted siquiera en la casapuerta, ¿no?
-Po mire usté que si no tiene usté pelliza, se puede usté queá.
(Estribillo)
-¿Qué quiere?
-El viejo otra vez, hija.
-Mire usted, que en la casapuerta hace mucha humedad, déjeme usted aunque sea en la macetilla de la escalera.
-¡Pero si ya está en la macetilla!
-Bueno, déjeme esta noche en la macetilla.
-Bueno, quédese esta noche en la macetilla.
(Estribillo)
-¡Otra vez el viejo!
-Mire usted, déjeme usted aunque sea en la puerta de la alcoba, yo cierro los ojos y no veo na. Usted me deja en al puerta de la alcoba na más.
-¡Si mi marido está resfriao! Y usté se mete debajo de la cama, ¿qué ocurre?
-No, yo, en la puerta de la alcoba.
-Ah, en la puerta, ah, bueno.
-Yo cierro los ojos y no veo na.
(Estribillo)
¿Por qué no le pones a tu marío unos patines? Porque le apestan los pies, prima de mi arma.
-Po mira, que hay un azufre mu bueno para el sudó.
-Ea, po pónselo esta noche.
Este villancico no se reproduce en su totalidad, pues en las estrofas finales el presentador retoma su locución, y no podemos saber si el dialoguillo cómico continuaba.
Se aprecia con toda claridad que el motivo inicial de la llamada a la puerta por el Viejo Cagón es obtener algo de refugio frente al frío, y los diálogos sucesivos le van dejando entrar en la casapuerta, en la macetilla de la escalera, y finalmente en la propia alcoba de la casa, produciéndose entonces el motivo cómico: el olor de pies del marido enfermo.
III
Este tipo de dialoguillos cómicos tiene muchas veces origen en cuentecillos tradicionales de los siglos de oro, que a su vez vienen de un amplio acervo folklórico presente en la facecia popular medieval, llena de personajes burlescos, bufos y grotescos, con abundancia de viejos de distinta índole, y no menor abundancia de motivos escatológicos, que siempre han tenido buenos índices de audiencia. Los cuentecillos tradicionales presentes en los siglos de oro dieron lugar, en muchas ocasiones, a desarrollos en forma de dialoguillos cómicos, que nutrieron también los “pasos” de Lope de Rueda y otros autores, se divulgaron con el amplio éxito de que gozó el entremés español durante siglos, y cuyas reliquias perviven en la Baja Andalucía en los juegos de cortijo y juegos de vendimia. Los llamados juegos de vendimia eran reuniones en las gañanías de los cortijos, al atardecer, donde los jornaleros mezclaban breves representaciones bufas, cantaban coplas y romances, y realizaban bailes, algunos de ellos también jocosos.
IV
Creo que una parte importante de la pervivencia de motivos profanos, tanto amorosos como burlescos, hoy en amable convivencia con los motivos religiosos en las Fiestas de Nochebuena de la Baja Andalucía, se debe a su permanencia en la cultura popular, en distintos momentos del año, como durante el Carnaval, fiestas de mayo y de estío, y a la transmisión realizada en aquellos juegos de cortijo. Hoy, la Micaela, El Viejo Cagón, la Tarara e incluso el baile del Salgausté siguen teniendo presencia, y éxito, como lo tuvieron en el pasado, aunque por el camino hayan perdido parte de su puesta en escena: vemos cómo han desaparecido esos dialoguillos cómicos del Viejo Cagón y podemos imaginar perfectamente una representación bufa de la Tarara, como una marimanta monstruosa, construida con telas y palos e incluso visualizando en escena procacidades como:
Tiene la Tarara un grano en el culo,
¡acudid, muchachos, que ya está maduro!
Y también podemos imaginar la representación bufa y dialogada del tema La Micaela, con procacidades de distinto grado que llegan a su culmen cuando dice:
Le puso el doctor la mano en la ingle,
y dijo Micaela:
“¡Por ahí corre la pringue!”
Y, por su parte, el villancico que Salgausté es de nuevo un cante a corro con la peculiaridad de que se baila realizando cada participante una representación cómica sobre un tipo concreto jugando con un pañuelo:
Así se lo pone el moro,
así los bandoleros…
Constituyendo pues un baile con una mínima representación dramática, de carácter cómico.
V
Aunque nuestro Viejo Cagón todavía sigue presente en las Fiestas de Nochebuena de la Baja Andalucía, en los últimos años su figura ha intentado ser borrada del propio villancico “Tin, tin, Catalina”, creándose versiones que siguen el mismo ritmo musical y melodía, pero escribiendo otras letras. Como ejemplo, podemos escuchar esta versión cantada por Azúcar Moreno en el disco colectivo Navidad en España publicado en 2006:
(Transcripción)
Estribillo:
Tin, tin, Catalina,
tin, tin, Concepción,
que ha nacido el Rey
de la Redención.
La Estrella más clara
derrama su luz,
besando la cara
del Niño Jesús.
Esta noche ha nacido el Mesías,
esta noche ha nacido en Belén,
alegría, alegría, alegría,
en un borriquito nos vamos los tres.
(Estribillo)
Esta noche ha nacido el Mesías,
esta noche nació nuestro bien,
alegría, alegría, alegría,
vámonos para el Portal de Belén.
(Estribillo)
Los pastores le traen pan y huevo,
Manolillo una orza de miel,
y yo al niño mi manta le llevo
pa que con ella se abrigue sus pies.
(Estribillo)
Por entrar en la tuya posada,
por entrar en el tuyo mesón,
por gozar de tu amor, Catalina,
por gozar de tu amor, Concepción.
Como puede oírse, el Viejo Cagón ha desaparecido por completo en esta versión, sustituyendo los versos:
Que a la puerta llama
el Viejo Cagón.
Por estos dos versos que riman:
Que ha nacido el Rey
de la Redención.
En cuanto a Catalina y Concepción, siguen presentes en el estribillo, y, de forma incongruente con el resto del relato religioso, en la última estrofa se cantan estos versos:
Por entrar en la tuya posada,
por entrar en el tuyo mesón,
por gozar de tu amor, Catalina,
por gozar de tu amor, Concepción.
Otras versiones incluso amplían la historia con los Reyes Magos, como la siguiente:
Los tres Reyes siguen a la Estrella
que les guía en el camino a Belén,
desde oriente siguen la luz bella,
oro, incienso y mirra también.
Y algunas otras versiones sustituyen al Viejo Cagón de la siguiente forma:
-Tin, tin, quién es.
-El niño Dios
-Pase usté, pase usté, pase usté.
VI
CODA Y ENVÍO
Querido Viejo Cagón:
Ya sabemos que eres pobre, de solemnidad, que eres viejo, muy muy viejo, y que eres cagón, bastante cagón. Por todo ello, los beatos quieren borrar tu nombre, que tan mal les suena, los modernos te desprecian, y casi todos te cerramos la puerta cuando pides refugio, “porque en esta tierra ya no hay cariá”.
Sin embargo, en el orbe de los símbolos, continúas errante por caminos de agua y viento, arreciíto de frío, cagaíto hasta las trancas, y ya no sueñas siquiera en gozar del amor de Catalina ni de Concepción, sólo en encontrar un poco de refugio y de calor. Ojalá el Niño Manué, los pastorcillos, el buen Rabadán o algunas personas de corazón sencillo se apiaden de ti.
Un fuerte abrazo. Te espero en la próxima Nochebuena.